China y Rusia han aumentado su presencia en América Latina, incluyendo México, mientras el Presidente Donald Trump insiste en limitar las puertas de Estados Unidos al comercio exterior. El Centro de Estudios China-México de la UNAM destaca que a finales de los años 90 más del 81 por ciento de exportaciones e importaciones mexicanas eran con el vecino del norte, su principal socio. Pero en 2016 disminuyeron a 63 por ciento y, por el contrario, el intercambio con China, su segundo socio, se elevó de -1 a 10 por ciento durante 2016.
Aunque el comercio bilateral con Rusia “no es tan grande”, como reconoció el Presidente Vladimir Putin, de un crecimiento de 7.5 por ciento en 2016, al primer trimestre del 2017 pasó a 38 por ciento.
No obstante, el intercambio comercial con ambas naciones asiáticas es desigual ya que México recibe más de lo que envía, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía. Especialistas expusieron que el mayor reto es impulsar la atracción para sus inversiones.
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Ciudad de México, 9 febrero (SinEmbargo).– Mientras que el Presidente Donald Trump reiteraba el martes que se ha acabado «la era de sometimiento económico» de Estados Unidos con otros países por «malos acuerdos comerciales» y condicionaba la continuidad del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con la construcción del muro fronterizo, su Secretario de Estado Rex Tillerson advertía -en el inicio de su gira por Latinoamérica- sobre el avance de los «depredadores» Rusia y China en la región.
Los datos duros del comercio internacional de México dan la razón a la declaración del alto funcionario estadounidense, pues esas potencias asiáticas han aumentado su presencia comercial de la década de los 90 a la fecha, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía. Aunque, a decir de especialistas, quedan pendientes en materia de inversión e intercambio equilibrado.
El gigante rojo es el mayor socio comercial de Brasil, Perú, Argentina y Chile por sus materias primas. El petróleo crudo y las semillas de Argentina y Brasil, los minerales y metales de Chile y Perú, desechos y metales no ferrosos de México y Colombia representan gran parte de las exportaciones hacia la nación asiática.
Con México es el segundo socio comercial desde 2003 y en 2017 tuvieron un comercio de 73 mil 802 millones de dólares. Con ello, da pasos para desplazar a Estados Unidos, el principal socio comercial mexicano con quien tuvo un intercambio anual por 476 mil 455 millones de dólares.
«El principal perdedor de la creciente presencia económica de China en América Latina y en México ha sido Estados Unidos», aseguró en entrevista Enrique Dussel Peters, economista investigador del Centro de Estudios China-México de la UNAM. «A finales de los 90, más del 81 por ciento del comercio (exportaciones e importaciones mexicanas) eran con Estados Unidos. En el 2016, cayó al 63 por ciento. Como contraparte, el comercio de México con China aumentó de -1 por ciento al 10 por ciento en 2016 en autopartes, electrónica y comunicaciones», documentó.
El intercambio comercial con Rusia también ha ido al alza. Las cifras de la Secretaría de Economía exponen que pasó de 508 millones de dólares en 2009 a mil 602 millones de dólares en 2017. Si bien «no es tan grande», mientras en 2016 el crecimiento fue de 7.5 por ciento, durante el primer trimestre del 2017 fue de 38 por ciento, aseguró el Presidente ruso Vladimir Putin durante su reunión con el Presidente Enrique Peña Nieto en la IX Cumbre BRICS, celebrada a inicios de septiembre en China por invitación del Presidente Xi Jinping.
Virginia Petrova Georgieva, especialista en derecho internacional de la UNAM, dijo vía telefónica que la relación comercial entre ambas naciones se fortalece mucho porque, debido a las sanciones que se le han impuesto a Rusia a raíz del conflicto con Crimea, ha tenido que voltear su mirada hacia otras regiones del mundo diferentes de sus clientes principales que se ubican en la Unión Europea. Una de «sus nuevas esferas de influencia en materia comercial» es América Latina.
En entrevista, el internacionalista y catedrático el Centro de Estudios Superiores Navales (CESNAV), Jesús Gallegos Olvera, coincidió en que en este reajuste geopolítico en la era Trump, China y Rusia son alternativas factibles para México y el continente.
Destacó que la relación con China, a través de la Organización Mundial del Comercio (OMC), se realiza a través de reglas y compromisos vinculados con las controversias. El investigador Enrique Dussel afirmó que una de las tensiones entre ambas naciones se han dado por el intercambio de acero y textiles.
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CHINA EN MÉXICO
Los Presidentes Enrique Peña Nieto y Xi Jinping se han reunido siete veces de 2013 a 2017 para mejorar la relación bilateral, lo cual se ha reflejado en convenios e infraestructura en el puerto de Manzanillo, Colima, y el puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán. Sin embargo, el investigador de Cechimex Enrique Dussel Peters, explicó que los esfuerzos no se ha concretado en la atracción de inversión y turismo chino. Además, la relación comercial se basa principalmente en las importaciones chinas por lo que es «desigual».
De enero a septiembre de 2017, la Inversión Extrajera Directa (IED) de la segunda potencia mundial a nuestra nación fue de 116 millones de dólares (0.5 por ciento), la mayor registrada desde 1999, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.
En diciembre de 2016, la firma China Offshore Oil Corporation ganó dos áreas petroleras durante la Ronda 1.4, donde se licitaron ocho bloques en aguas profundas en el Golfo de México.
No obstante, destacó Dussel Peters, en 18 años hemos logrado menos de 800 millones de dólares de IED china, menos del 0.1 por ciento que México ha recibido.
Durante los primeros nueve meses del año pasado, México tuvo 21 mil 754 millones de dólares de IED, un 10 por ciento más que en el mismo periodo de 2016 (19 mil 772 mdd). Los sectores que más ingresaron fueron la industria manufacturera (43.4 por ciento), construcción (12.1 por ciento) y servicios financieros (11.3 por ciento). La IED provino de Estados Unidos (47.8 por ciento), España (12.1 por ciento), Canadá (7.7 por ciento), Alemania (6.3 por ciento), Australia (5.7 por ciento) y Japón (4.4 por ciento), y los países restantes aportaron 16 por ciento.
«Lo que se requiere es un análisis y grupo de trabajo que se especialice en el corto, mediano y largo plazo con respecto a China. Donde tiene ventajas para invertir son los sectores de autopartes, electrónica, telecomunicaciones y otras manufacturas», aseguró el economista y especialista en la relación trilateral Estados Unidos-China-México. «La distancia no es una problemática específica. Países como Chile, que está más lejos de China que México, tiene una relación mucho más transparente y dinámica».
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, cuestionó «a qué precio» China hace negocios dadas sus «prácticas de comercio injustas» que han perjudicado a sectores como el manufacturero generando, dijo, desempleo y reducciones salariales en Brasil, Perú, Argentina y Chile. Sostuvo que «ofrece la apariencia de un camino atractivo al desarrollo, pero en realidad esto frecuentemente implica ganancias comerciales de corto plazo a cambio de dependencia a largo plazo».
Añadió que las ofertas chinas casi siempre exigen el uso de fuerza laboral china, enormes préstamos, una deuda insostenible y violaciones a los derechos humanos y de la propiedad.
En respuesta, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Hua Chunying destacó en un comunicado que las relaciones entre China y Latinoamérica se basan en intereses comunes y necesidades mutuas, y acusó a Estados Unidos de faltar al respeto a los países latinoamericanos.
«China es un importante comprador internacional de productos básicos a granel de Latinoamérica, e importa más y más productos agrícolas y de alto valor agregado de la región», dijo Hua, quien enfatizó que esta cooperación económica se realiza en plena conformidad con la Ley.
En el caso con México, los datos de la Secretaría de Economía muestran que el comercio bilateral ha aumentado de 431 millones de dólares en 1993 a 73 mil 802 millones de dólares en 2017. No obstante, la cifra deriva básicamente por las importaciones chinas, principalmente teléfonos celulares y ensambles de pantalla plana.
Las exportaciones mexicanas a China crecieron de 4 mil 873 millones de dólares en 2015, cuando Donald Trump comenzó su campaña de proteccionismo comercial, a 6 mil 61 millones de dólares en 2017. Los principales bienes que se envían son cobre y aceites de petróleo.
Pero las importaciones de México provenientes de China, pasaron de 69 mil 987 millones de dólares en 2015 a 67 mil 741 millones de dólares en 2017.
«En 2016 la relación exportación-importación entre México y China fue de 14 a 1», señaló el investigador Enrique Dussel respecto al desequilibrio comercial.
Además de la presencia en México, China es el primer socio comercial de Brasil, la principal economía de América Latina. En septiembre, ambas naciones firmaron 14 acuerdos de cooperación para la implementación de proyectos ferroviarios, nucleares y eléctricos con inversión china. En el primer semestre de 2017 ese comercio bilateral creció un 30.6 por ciento y la inversión china en Brasil fue más de 30 mil millones de dólares. En años pasados su principal destino de inversión era Venezuela, de acuerdo con el Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhang Run.
Con Chile, otro de sus principales socios en la región con quien tiene un TLC desde 2005, en mayo firmó 10 acuerdos de cooperación que incluye en el intercambio de frutas. La cuarta parte de las exportaciones chilenas tienen como destino al dragón.
RUSIA EN MÉXICO
Sobre Rusia, el Secretario de Estado estadounidense Rex Tillerson acusó que su «creciente presencia en la región es alarmante» ya que está apoyando a «los regímenes que no respetan los valores democráticos» con «venta de armas y equipamiento militar». Durante su discurso señaló a Venezuela y Cuba de «ignorar» el momento democrático de la región.
Al igual que con China, aunque el intercambio entre México y Rusia ha crecido desde 1993, también es asimétrico. Mientras México exportó 237 millones 577 mil dólares en 2017, Rusia nos envió mil 364 millones de dólares.
La especialista en derecho internacional, Virginia Petrova Georgieva, afirmó que los principales sectores que interesarían a Rusia en México son el energético porque ambos son ricos en recursos naturales, y el automotriz, ya que en los dos países hay plantas ensambladoras por las que fluirían autopartes.
La Embajada Rusa destaca en su página oficial que México se conoce en Rusia por su carne, tequila, cerveza. Los consumidores rusos pueden comprar en las tiendas de Moscú las tortillas mexicanas de la compañía “Gruma” o productos de línea blanca de las fábricas de “MABE”. Los automóviles de las marcas reconocidas ensamblados en México circulan por las calles de muchas ciudades rusas.
A su vez, Rusia está presente en México con sus productos químicos, equipos energéticos y siderúrgicos, helicópteros y municiones militares. Muchas casas mexicanas reciben la electricidad generada en las presas hidroeléctricas construidas por la compañía rusa “Silovye Machini”. Miles de hectáreas de la tierra mexicana se enriquecen con los fertilizantes de fabricación rusa, por ejemplo del holding “Uralchem”. Los pasajeros de la compañía mexicana “Interjet” vuelan en los aviones rusos “Sukhoi Superjet-100” a destinos nacionales.
Sin embargo, durante la reunión entre los mandatarios Enrique Peña Nieto y Vladimir Putin en la Cumbre BRICS celebrada en China, ambos reconocieron que los niveles de intercambio comercial «son todavía muy menores respecto del gran potencial que tienen nuestras naciones para incrementar intercambios y promover inversiones recíprocas», dijo el Presidente de México.
Respecto a Inversión Extranjera Directa, la Secretaría de Economía no desglosa el dato de Rusia al ser mínima. Pero Peña Nieto destacó a Putin que en junio del año pasado, la petrolera rusa Lukoil International Upstream Holding ganó un contrato subastado en la Ronda 2.1 de aguas profundas. La empresa estima una inversión de 50 millones de dólares en el campo petrolero ubicado en el Golfo de México.
En Brasil el interés ruso también se ha expandido. De enero a agosto de 2017 su intercambio comercial aumentó a 3 mil 341 millones de dólares, un 28.1 por ciento más respecto al mismo periodo de 2016, de acuerdo con datos del Servicio Federal de Aduanas ruso (FTS). Las exportaciones rusas a Brasil crecieron en ese lapso un 29.3 por ciento y las exportaciones del país latinoamericano a Rusia subieron un 27.4 por ciento.
Pese al beneficio mutuo, el Secretario de Estado Rex Tillerson sugirió que «Latinoamérica no necesita nuevos poderes imperiales que solo buscan el beneficio propio». Antes de partir a México para comenzar su viaje, expuso que «Estados Unidos es un claro contraste a esto. No buscamos acuerdos a corto plazo con ganancias asimétricas. Nosotros buscamos socios».